Reflexiones: Algo de distracción, Sumisión

Reflexiones:
Algo de distracción, Sumisión
En principio yo creé este espacio para dejar plasmado mis impresiones
con lo que respecta a libros, películas, obras de teatro y todo lo concerniente
al arte, manteniendo mi enfoque personal porque sé que los enfoques de
izquierdas han sido los que mayormente tienen estos espacios, dejando que las
masas se guíen por ese único punto de vista.
Pero la situación política que arropa a mi país ha hecho que la mayoría
de los textos tengan un mayor enfoque en lo político, porque soy consciente que
la única forma que una nación puede progresar, es teniendo a dirigentes informados
de la realidad histórica del mundo, y no una pila de mediocres que no tienen la
más mínima cultura general en nada. Por ello los vemos que se cambian de
camisetas de partidos, que en teoría son de corrientes ideológicas distintas,
como si nada. Por lo mismo, no son capaces de diferenciar el aceite del vinagre,
por su inmensa mediocridad es que Venezuela ha llegado a lo que es hoy.
Por esto, desde hace un poco más de 6 meses mi vida tomó un cambio
bastante radical, me pude ir del país de forma ordenada, y eso es lo que me ha
permitido seguir en parte con el proyecto, pero así como tuve que salir de
Venezuela por culpa del desastre llevado a cabo por el sucialismo del siglo
XXI, también es cierto que ello es lo que me va a llevar a seguir escribiendo más
textos con objetivos políticos, y no en arte.
Mas en esta oportunidad aprovecharé de escribir sobre una novela que leí
hace poco, realmente como dos meses atrás y fue porque leí que tenía algo que
ver con los desastres y enfrentamientos entre la minoría musulmana con la
sociedad francesa. Es una novela de Michel
Houellebecq titulada Sumisión, y
para ser honesto, me gustó mucho por diversas razones.
En el texto se presenta a un profesor universitario, François, profesor
de literatura que es especializado en el autor galo Joris-Karl Huysmans, y como buen intelectual de ese mundo, vive en
un tiempo y especio paralelo, que muchas veces hacen que la vida cotidiana sea
extraña, pero François realmente le estalla la realidad en su cara, al igual
que la mayoría de los intelectuales del mundo, porque su modus vivendi no da
para tener una vida acomodada, como les pasa a todos en la realidad a menos que
tenga la suerte que tuvo Flaubert que
pudo escribir a Madame Bovary durante
4 años porque su cuñado lo mantenía. Esto que, los hombres (y mujeres) de
letras se busquen a un mecenas no es nada nuevo (hoy en día lo llaman sugar
daddy), por ello el chulo de Marx se hizo tan amigo de Engels, sobre todo después
de haber acabado con la fortuna de su esposa.
La verdad es que ésta realidad de; siempre estar viviendo recortado económicamente,
no sólo François, sino todos sus colegas en la universidad, a largo plazo, en
la novela, se hacen cómplices de la llegada de los nuevos mecenas que sólo
piden a cambio, su conversión al islán.
Lo cierto es que ya esto ha pasado en la historia en distintas oportunidades,
Europa lo ha vivido (en lo que hoy conocemos como el sur de España), y el norte
de África que había sido cristianizada en muchas zonas antes de la llegada de
los mahometanos, simplemente cambiaron sus ritos porque era eso o la liquidación
física.
La novela nos cuenta una historia que muchos podrían decir que es jalada
de los pelos, pero para ser honesto yo no lo veo así, veo más bien es lo que puede
pasar a mediano o largo plazo en la nación que alguna vez disputó ser el centro
del cristianismo en Europa, compitiendo directamente con el Vaticano en Roma.
Si a todo esto le sumamos que el actual Papa dice que no existe ningún
problema con la llegada desordenada, descontrolada y masiva de musulmanes,
hombres en más del 90% de los casos, a Europa, lo que sin duda se presagia es
la terrible realidad que está viviendo Suecia luego de tantos años con las puertas
abiertas enarbolando la bandera del multiculturalismo, o sencillamente los
lamentables sucesos violentos perpetrados en Israel hechos por terroristas provenientes
de Palestina.
La verdad es que la novela da para mucho, sobre todo en el plano
intelectual por que el autor nombra numerosos autores franceses, algunos ya los
conocía, otros no. Esta novela sin duda me hace guiños con otras obras que
hacen lo propio, más el que se lleva la Palma de Oro en esta técnica fue Umberto Eco, que sólo para empezar a
leer El péndulo de Foucault hay que
tener una enciclopedia de gran volumen a la mano para entender 100% todo ese mundo
que narra, de otra manera sólo se queda uno con la historia contada.
De mi parte les recomiendo Sumisión
de Michel Houellebecq, es lo único
que he leído hasta ahora de él, y me ha gustado, luego veré que otro texto me
cae en las manos del autor.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
Les invito a leer mi libro “7
Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco.
"Dirigentes informados" o FORMADOS quedé con la duda, sí puedes Lee "Al límite de la Fé" por V.S. Naipul excelente novela, saludos y bendiciones.
ResponderEliminarInformados de la realidad, y no unos repetidores de frases que ellos ni conoces su profundidad. Porque en el fondo sólo repiten como loros soquetadas, el mejor ejemplo es el que repiten frases de Marx, o de Adam Smith sin haber leído una línea de algún libro de uno de esos autores, y mucho menos entender la profundidad de sus propuestas.
EliminarRepetidores de frases es lo que abundan, y creen que con decirlas quedan como eruditos cuando la realidad sólo demuestran que hacen el ridículo por su falta de cultura general, quienes no son capaces de hilvanar ideas propias porque no tienen materia argumentativa para sostener una posición clara y con profundidad.
La verdad es que estos personajes abundan por todas partes, dicen cosas que ni ellos mismo se han sentado a reflexionar las ideas que han tomado como ciertas de otros igualmente resentidos.
Gracias por comentar.
Saludos.