Reflexiones: Despedir a un amigo

 

Reflexiones: Despedir a un amigo

 

Para hoy tenía programado otro texto, pero como las despedidas repentinas no avisan, cambié drásticamente la publicación para poder decirle adiós a un amigo montañista que partió a su última expedición el pasado viernes 25 de agosto, y no retornará.

 Ramón Blanco, un gallego que llegó siendo un muchacho a Venezuela, con los años se convirtió en un connotado lutier de tal nivel que sus instrumentos eran solicitados por guitarristas de otras naciones y cuatristas de todo el país, por otra parte, también dejó una huella profunda en el montañismo venezolano, para convertirse en un personaje inolvidable.

En 1993, cuando apenas tenía 60 años de edad logró llegar a la cima más alta del mundo, convirtiéndose en el hombre más longevo para aquel entonces en estar allí, obteniendo por ello un Record Guinness. Con él llevaba nuestra bandera tricolor, siendo esta la primera vez que el pabellón venezolano era hondeado en el Everest, para aquel entonces yo apenas tenía 18 años y me lo llegué a tropezar en muchas oportunidades en la ruta hacia el Oriental, en el Cerro Ávila. Con el pasar del tiempo, Ramón se hizo amigo de nuestro grupo y nos retaba en la bajada dejándonos botados por lo rápido que iba, nosotros puros veinteañeros no le podíamos llevar el ritmo, y eso era motivo de risa.

Algunos años después hicimos la ruta desde el Pico Naiguata hasta la playa y fue toda una aventura, porque lo hicimos en un solo día, también recuerdo haber hecho la ruta “la directísima” que va desde el puesto de guarda parque Pajarito al Pico Oriental, en una subida extremadamente aguda y que fue todo un reto porque ya el camino no se divisaba con ninguna facilidad.

Contar anécdotas que viví junto a los compañeros de ruta en aquella época y Ramón, haría una lista muy larga, lo que sí puedo decir que este gallego simpático siempre de buen humor, por lo menos con nosotros, siempre nos daba sus consejos para tener una grata experiencia en la montaña, yo en lo particular me sentía estimulado a hacer todas esas cumbres que él tuvo la oportunidad, pero por las circunstancias que todos conocemos ha vivido la república en lo que va del siglo XXI, todos esos sueños cambiaron.

Ramón Blanco sin duda ha dejado su legado, y no por nada la competencia que se hace en el Estado Mérida, que va desde Mifafi a La culata, con una distancia de 38 kilómetros, y se celebra todos los años en el mes de marzo, lleva su nombre, y por suerte él pudo participar en algunas oportunidades.

Se ha ido un gran montañista y lutier, se ha ido un amigo e inspirador de sueños, lamento no estar en Caracas para rendirle mis respetos, pero desde la distancia me despido. Lamentablemente los actores políticos del país ni se enteran de estos grandes hombres que han dejado muy bien parado el gentilicio venezolano, sin ni siquiera haber nacido en nuestra tierra, pero no tengo duda que en el mundo del montañismo no faltaran reconocimientos a su memoria y algunos eventos en su nombre.

Feliz viaje Ramón. Adiós amigo. 

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

Comentarios

  1. Vuela alto Ramón Blanco, tuve el grato placer de conversar con él y estaba con una chica y le increpaba q dejara la flojera y caminara así lo recuerdo, en la misma subida pico oriental, saludos.

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    1. Él solía ser así, a mi me pasó, lo llegó a decir en algunas ocasiones cuando íbamos en una ruta y él proponía llegar a un punto especifico más rápido.

      Gracias por comentar.

      Saludos

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