Reflexiones: Teatro callejero


Reflexiones: Teatro callejero

 

El teatro de calle es muy antiguo, no podría afirmar que existe desde que se formaron las primeras ciudades, pero si es cierto que siempre han existido personas que tienen esa capacidad histriónica de hacer cosas en público sin tener pena alguna, ni importarles de nada el qué dirán los demás.

Hoy día se ve mucho más frecuente cuando observamos como miles de personas hacen muecas “graciosas” en conversaciones cotidianas, evidentemente esto está sumamente relacionado con las redes sociales y las películas que le vende al espectador este comportamiento, dándoles a entender que es lo normal en personas felices. Pero la verdad es que en el teatro de calle o el que se pueda hacer en privado, siempre busca de disfrazar una realidad. Por ejemplo.

En estos días estaba en un gran centro comercial típico de este país, EE.UU., y mientras esperaba el bus, escuchaba a un “violinista” ejecutar sobre una pista musical varias piezas, la realidad es que se oía muy bien la “ejecución”. Yo en principio estaba distraído leyendo algunas notificaciones en el teléfono, y eventualmente veía que había gente que le colocaba dinero en el estuche del violín al “músico”. Luego de desocuparme de mi lectura, me puse a observarlo cómo tocaba uno de los instrumentos que más me gusta. Me percaté que el arco del violín no lo estaba tomando correctamente, cosa que es lo primero que le enseñan a uno cuando aprende a tocar ese instrumento de cuerda. Lo segundo fue la postura incorrecta de ejecución del instrumento que es otro de los detalles que corrigen cuando se aprende, pero lo más cumbre de todo fue que las notas que se escuchaban no correspondían a la posición que tenía su mano izquierda sobe el diapasón (mango), ni el arco estaba sobre la cuerda que emitía esas notas.

La verdad que todo era un teatro circense apto para aquellos que no conocen del instrumento, pero se sienten confortados con lo que escucha. Lo que hice fue reírme al ver cómo hay gente que puede engañar tan fácilmente a los desinformados.

Pero este es simplemente un ejemplo público. En estos días vi una película del director tailandés Sitisiri Mongkolsiri titulada Hambre que nos cuenta en su historia, parte de la vida de un chef de mucho reconocimiento en la élite social de su país, que no se diferencia del resto de las élites mundiales, quien hace teatro gastronómico para sus clientes, haciendo toda una puesta en escena de su comida. Todo un teatro para quienes lo contrataban y así quedar satisfechos con su show.

Así como estos simples ejemplo hay miles cotidianamente, desde personas que piden en las calles haciéndose las víctimas de algún problema, hasta los hechos por politiqueros que disfrazan sus discursos con palabras desgastadas que los desinformados y olvidadizos de siempre les compran, para luego quejarse que les engañaron nuevamente.

El teatro es y será siempre parte de la sociedad, mas está en uno, el percatarse en ver cuándo es realidad o mentira lo que nos muestran a simple vista.

 Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

Comentarios

  1. Parte del humano son sus máscaras...herramienta típica del Teatro! ....y los políticos son máscaras andantes!!....sigamos "tocando el.violín " así no tenga cuerdas!!!!

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    1. Ciertamente esa es la politiquería barata que ha existido gracias al desconocimientos de las mayorías, por ello es de suma importancia la formación de los ciudadanos para que estos falsos políticos no tengan cabida en la sociedad.

      Gracias por comentar.
      Saludos.

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