Reflexiones: Perdiendo también se gana

 

Reflexiones: Perdiendo también se gana

 

En la vida es más lo que se pierde que lo que se gana, aunque a muchos desde pequeños les suelen decir que va a triunfar en la vida porque “así está escrito”, pero la verdad es que la inmensa mayoría de las veces se pierde. Perdemos juguetes a los que les tenemos cariño, perdemos amigos a quienes apreciamos, perdemos novias que llegamos a querer más de la cuenta, y así infinidades de cosas.

Pero la verdad es que cada perdida es un aprendizaje, si sabemos manejarlo. En la imagen de este texto puse un ejercicio diseñado por un niño genio de 9 años, Paul Murphy, que hizo mate en dos jugadas. Este talentoso ajedrecista nació en la tercera década del siglo XIX, y a mí me llevo casi 10 minutos resolver el problema. En el hay que hacer un gran sacrificio, teniendo en cuenta las piezas blancas que se tienen y es la que le toca jugar, para ganar.

De esta forma, y como muchas cosas en la vida, perder es una puerta abierta a nuevas oportunidades aunque la mayoría no lo pueden ver. Cuando pequeño una vez me dijeron que en la vida muchos sólo ven, pero lo realmente importante es observar, porque es así cuando se aprende a analizar, razonar y/o dilucidar lo que otros no ven entre líneas. Por ello es que con el transcurrir de los años he aprendido que cuando pierdo algo es porque existe la oportunidad de lograr otros objetivos que aquello que perdí no me dejaba ver.

Para algunos les sonará rebuscado, o dirán que es puro gamelote intelectualoide, pero para quienes pueden observar entre líneas, no requiere de más ejemplos.

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

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