Reflexiones: Iryna Tsvila
Reflexiones: Iryna Tsvila
Debido a la guerra propiciada por Vladimir Putin, un individuo que ha
demostrado su prepotencia al imponer su visión de qué debe o no hacer los países
que hacen frontera y/o fueron parte de la antigua Unión de “Repúblicas” Socialistas
Soviética, me enteré de la muerte de la escritora Iryna Tsvila (de la que
realmente no conozco su obra), pero que al igual que muchos que luchamos con las
ideas y propuestas, es una noticia fatal.
Tsvila no sólo deja huérfanos a cinco hijos y a sus alumnos, es el claro
reflejo que la guerra no debe ser el camino político que el humano moderno debe
seguir. Ciertamente los sapiens hemos vivido guerreando durante toda nuestra
historia, y por consecuencias de las diferencias entre las visiones culturales,
religiosas e ideológicas, han sido miles de millones de personas que han perdido
la vida en toda nuestra historia.
En el caso de Tsvila ella decidió ser parte de las fuerzas de combate,
así como lo fue José Martí en Cuba en 1895, pero hay casos como el de Federico García
Lorca que simplemente quedaron atrapados entre bandos y terminaron siendo eliminados.
Sin duda alguna, cuando se desatan los demonios de la guerra, las
sociedades sacan de si lo más violento que tienen. Los más pacifistas suelen
replegarse, huir o esconderse, y lo normal es que los demás lo tilden de
cobarde por lo extremos que llevan estas situaciones a las sociedades. En cambio,
los más dados al enfrentamiento; sea por su posición radical, por su gusto a la
adrenalina o simplemente su deseo de matar, se encuentran como pez en el agua y
hasta los hace felices. Esas realidades la podemos ver fácilmente en la violencia
que se suele vivir en los barrios marginales latinoamericanos, donde las bandas
de delincuentes viven a sus anchas, en Venezuela sobran ejemplos.
La verdad es que a esta altura de la historia de la humanidad, el hecho
que todavía existan individuos que buscan hacer política usando invasiones y
llegando a la guerra como herramienta para sus fines, da mucho que decir de las
élites de esas naciones, que son las llamadas a tener más cordura a la hora de
enfrentarse a otros. La falta de rose social es lo que hace a la gente más
tosca y de comportamientos básicos, a la hora de socializar. Por ello es
lastimoso que una clase dominante, en una nación con armas nucleares, no sea
capaz de tener filtros sociales para evitar que individuos con tendencia a la
violencia sean los principales dirigentes de su nación. Eso sólo nos demuestra
el tipo de sociedad que es, una anclada en el siglo XIX, aún.
,Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
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