Lo que es de todos, no es de nadie

 

Lo que es de todos, no es de nadie

 

Desde mediados de los años 70 del siglo pasado, cuando se creó Petróleos de Venezuela, el discurso popularizado era que el venezolano es rico por sólo haber nacido acá, este discurso que se lo compró la mayoría de la ciudadanía, y que muchos aún repiten como loros, ha sido la lápida del país.

Como es bien sabido, cuando muchas manos meten la mano en el caldo, este se pone morado, y en el caso de la dirección del Estado este no sólo ha pasado de morado, sino se ha teñido de un oscuro tan profundo como un hoyo negro en el espacio, sólo dejando tonalidades de rojo sangre por tanta miseria que ha tenido en las mayorías, que en otras épocas eran los principales entusiastas de la robolución bolivariana del siglo XXI.

No es necesario explicarle al lector, y menos si es venezolano todo lo que se ha vivido de lo que va de siglo XXI, y que más de 6 millones de venezolanos se han tenido que largar del país por culpa da tanto mediocre ignorante resentido que se ha encargado de las decenas de ministerios y viceministerios bolivarianos que se han inventado en estos últimos 23 años para controlar todo lo posible.

Más ahora con la realidad que vive la comunidad global, donde normalmente sólo éramos espectadores, ahora terminamos siendo el enclave suramericano de los enemigos de occidente gracias a la grandísima plasta que nos dejó sembrada el zambo de Sabaneta y que muy bien ha sabido mantener sus resentidos sucesores que se enriquecen a costa de la miseria de los venezolanos, así como se lo han enseñado sus colegas castristas cubanos que mucha experiencia han tenido en más de seis décadas.

Los que es de todos no es de nadie, pero sigue habiendo tanto tarado creyéndoselo que uno se pregunta, ¿será que no han comido tanta mier… que sigue en lo mismo?, o más bien que ¿su capacidad de razonar jamás ha existido?

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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