Reflexiones: Berlín, 30 años después

 

Reflexiones: Berlín, 30 años después

 

Recuerdo el día que me enteré de la caída del muro de Berlín, 9 de noviembre de 1991, en aquel entonces era un adolescente de 16 años y, aunque no poseía tanta conciencia política como ahora, entendía que era un gran día. En ese entonces hablé con un amigo que tenía poco más de un año que se lo habían llevado a Italia, y me contaba que su abuelo estaba tan feliz que no lo reconocía; bailaba, cantaba, abría los brazos al sol gritando “Libertad”. Ambos éramos muy chamos para entender tanta felicidad, pero el que me contara eso de su abuelo, me hacía a mi feliz.

Tiempo después cuando ya iba entendiendo la situación y recordando la forma seria de ser, por la naturaleza del señor, entendí claramente porque gritaba “Libertad, libertad” como si invocara a una diosa romana desconocida por los demás.

Esta diosa que se ha convertido en el objetivo fundamental de Liberalismo desde sus inicios, ya que el Liberalismo se inventó para liberar a los oprimidos de las castas conservadoras dominantes y darles la oportunidad de surgir por esfuerzo propio, luego se ha tenido que enfrentar al “Bizarro” (el anti Superman del comics) de los conservadores, es decir, a los comunistas que sólo cambian la fe a un dios por la fe al Estado, aunque hoy día las dos ideologías están ya bastante mezcladas.

La caída del muro de Berlín sin duda dejó claro quien había ganado la guerra fría iniciada desde la caída de la Alemania Nazi. Pero la falta de conciencia en las generaciones que no vivieron la realidad del bloque comunista ha hecho que en esta parte del mundo siguieran creyendo en las fantasías colectivistas sugeridas por los mitómanos de Marx y Engels.

Por esto, hoy día la realidad venezolana le estalla en la cara a todos aquellos ñangaras que repetían su catecismo comunista, muchos de ellos sufren ser parte de esos adultos mayores quienes cobran la pensión más bajas de toda la región y seguramente la más baja del mundo donde esta política existe. Una considerable cantidad de ellos, quienes aún siguen creyendo que el progresismo es la panacea para un estado de bienestar, les ha tocado buscarse la vida de la forma que sea para sobrevivir a la realidad bolivariana desarrollada por el sucialismo del siglo XXI, otrora mala copia del comunismo soviético pero igual de nefasto como todos los comunismos existentes.

Berlín tenía un muro que identificaba muy bien dos mundos, Venezuela y la región, otro tipo de circunstancias traídas por diversos actores sociales, políticos y económicos. Quienes nos han metido el sucialismo hasta en la sopa. Con sólo conocer la historia de Venezuela y Cuba, y ver la realidad que se vive en estas dos naciones, es suficiente para identificarlos.

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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