Reflexiones: El conocimiento elitista

 

Reflexiones: El conocimiento elitista

 

Hasta no hace muchos años el conocimiento era de difícil acceso, por ello, lo general era que lo tenían las clases más pudientes de cada época, aunque no todo por supuesto ya que existe mucho conocimiento de oficios que sólo se manejaban y manejan en aquellos que solamente trabajan en áreas específicas, como el manejo y procesamientos de materiales, ejemplo; madera, cuero, hierro entre muchos otros.

Pero el conocimiento en áreas más complejas, que requieren una formación teórica más profunda, este solía estar en manos de aquellas personas o instituciones que podía atesorarlo y/o almacenarlo de alguna manera. Por esto el conocimiento histórico, filosófico, literario y muchísimos más, lo normal era que sólo lo manejaran ciertos grupos de las élites dominantes.

Luego de la invención de la imprenta en el siglo XV, la información escrita poco a poco se fue permeando a las clases, que hoy llamaríamos “media”, que eventualmente se interesaban por conocer un poco más allá de lo que desde un pulpito religioso se enteraran.

El proceso de tener información y formación tuvo como principal escollo el altísimo porcentaje de analfabetismo reinante en la inmensa mayoría de la humanidad, y que esta apenas comenzó a cambiar lentamente después que las dos principales revoluciones a cada lado del Océano Atlántico, la de 1776 y 1789 respectivamente, que dieron entre tantos logros, cada uno a su manera, el impulso a tener sociedades alfabetizadas y mejor formada. Pero aún así, desde finales del siglo XVIII y se podría decir que hasta mediados del siglo XX, el conocimiento específico aún seguía en su mayoría en manos de élites que se interesaban en ello, básicamente por: i) dificultad de acceder a este, ii) desinterés de las masas en buscarlo.

De estos dos puntos, luego de la invención y masificación del Internet. El primero casi que ha desaparecido en su mayor parte, ya que hoy día todas aquellas universidades, centros de investigaciones y bibliotecas del mundo han ido compartiendo de forma digital su tesoro, que a su vez han ayudado a millones de personas en todas partes del planeta para indagar y profundizar en el tema que se esté investigando.

Pero el segundo punto, desinterés de las masas en buscarlo, no ha dejado de existir y este es el principal motivo porque el conocimiento en muchísimas ocasiones sólo está en manos de élites, y seguirá siendo así. Hay que entender que ahora estas élites no son aquellas clases altas con mucho poder económico y que muchas veces son caricaturizados como zagaletones sin oficio. Las élites que suelen manejar conocimiento en la actualidad, en muchas ocasiones terminan siendo personas de clase media que de alguna forma tuvieron la oportunidad de formarse y desarrollar un vasto conocimiento en áreas específicas que las mayorías no manejan, y que en realidad no les interesa conocer.

El hecho es que el conocimiento específico, sobre todo en el área de la filosofía, literatura, historia, y muchas áreas humanística, en otros tiempos era manejado por familias con renombre locales, esto hizo y hace creer a más de uno que se es superior moral e intelectualmente que otros de origen más silvestre, pero como cuenta Hermann Hesse en la historia de Josef Knecht en su libro El juego de los abalorios, un hombre hijo de un campesino cualquiera se convierte en el maestro de un Conde. Básicamente porque este hijo de jornalero se ocupó de formarse en una sociedad que no lo hacía por iniciativa propia. Lo mismo sucede hoy día, pero esto sólo nos convierte en pensadores de un oficio, “intelectual”, así como otros tiene sus oficios manuales, y lo que más podemos hacer, es hacerles llegar el conocimiento a todos aquellos que no lo manejan, de tal manera que se interesen en buscar por su cuenta propia, siendo hoy día muchísimo más fácil que en otras épocas, para así tener una sociedad más formada e informada.

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

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