Consentimiento o imaginación
Consentimiento o imaginación
No
hace muchos días Gloria Álvarez hizo un tweet que refleja claramente unas ideas básicas de qué es tener pensamiento liberal “¿Qué
hace que el sexo no sea una violación? Tu consentimiento, ¿Qué hace que un
trabajo no sea esclavitud? Tu consentimiento, ¿Qué hacen que una transacción no
sea un robo? Tu consentimiento, ¿Qué hace que los impuestos no sean un robo? Tu
imaginación”.
Evidentemente estas premisas tan básicas muchos les cuesta entenderlas;
para las femilocas todo acto sexual es una violación, para los comunistas todo
trabajo es esclavitud y para los fundamentalista lo consideran un castigo
divino por el pecado original de Eva y Adán, para los sucialistas toda transacción
comercial donde el Estado no ponga las reglas es un robo y para quienes creen
que unos burócratas no se roben parte de lo que le expolian a quienes pagamos
impuesto, con el pretexto que es la mejor manera de administrar a un Estado, es
su imaginación.
Increíblemente la gente común cae en estas ideas tan absurdas por el
solo hecho de haber sido repetidas hasta la saciedad, así como fue sugerido por
Joseph Goebbels en su momento, y que aún se escuchan estas sandeces todos los
días.
No tener claro que la Libertad Individual sin afectar a terceros con
nuestros actos ha sido la mejor forma que ha encontrado la humanidad para
mejorar su calidad de vida en las últimas décadas, es no entender para nada los
avances que hemos tenido como especie.
El mundo no es perfecto, y la imaginación ha colaborado mucho para tener
tecnologías que en pocas décadas atrás eran impensables, pero sólo el consentimiento
que somos usuarios de las herramientas que tenemos a la mano para progresar es
la única forma que tenemos para sobrevivir y no dejarnos manipular por
politiqueros baratos que siguen repitiendo mentiras, porque ese es su real herramienta para su nicho de negocio, expoliar a los ciudadanos.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
Les invito a leer mi libro “7
Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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