Reflexiones: Educación y salud
Reflexiones: Educación y salud
Al crear un grupo de personas a una empresa de servicio como una escuela
o consultorio clínico, evidentemente lo hace con el objetivo de ganar dinero
prestando un servicio de calidad para atraer una clientela y que esta a su vez,
gracias a las buenas referencias que den, llamen a otros nuevos clientes.
Evidentemente en medicina se les llama pacientes y en las escuelas
alumnos, pero al final de cuenta son clientes que sólo están allí por la
calidad del servicio que se les presta. Nadie va a ir a un mata sano que tiene
más muertos que curados, ni ningún padre mandará a una escuela donde tiene que
pagar para que sus hijos no aprendan nada.
Esta simple lógica es la que nos explica del porque abundan tantos
pequeños consultorios médicos en zonas apartadas en barriadas pobres como en
pueblos olvidados por los gobiernos. Así igualmente existen escuelas privadas
que normalmente nacen como guarderías, jardín de infancia y luego integran poco
a poco los primeros grados de educación básica, algunos con los años se
embarcan en aperturar el bachillerato, gracias a que los padres de los infantes
quedan satisfechos del trabajo realizado por los maestros y dan su respaldo al
colegio a seguir.
Realidades como estas han existido siempre en la historia de la
humanidad desde hace mucho tiempo, y sin embargo la iniciativa privada en salud
y educación en las últimas décadas se ha visto negativamente como centro de
espoliación comercial aprovechándose de “un derecho”. Esto ha sido así desde
finales del siglo XIX luego que un conservador como Otto von Bismarck inventara
la idea del Estado de Bienestar
haciéndole una contraparte social a los movimientos de izquierda que en
Alemania tenían tanto peso.
Esta mentalidad que el Estado es el que está llamado a proveer educación
y salud ha sido abrasada por casi todas las ideologías que han tomado partido en
el fuero político, y en el caso del liberalismo es más claro en el
Ordoliberalismo desarrollado desde la Universidad de Friburgo en la década del
30 del siglo XX, donde aclaraba que estas eran dos de las tres ramas fundamentales
de las que el Estado se debe ocupar.
Pero lo cierto es que anterior a ello, estás dos áreas de trabajo eran
totalmente privadas, y en algunos casos donde las sociedades estaban más organizadas
tenían avances importantes, no por ende en muchas ciudades griegas y romanas de
la antigüedad, el analfabetismo en los ciudadanos no era tan alto y algunos
casos como Atenas casi nulo. Evidentemente los esclavos (salvo los que tenían
que ver con alguna necesidad requerida para su trabajo) y los que no era
considerados ciudadanos era muy extraño que si supieran al menos leer.
En la actualidad, han existido millones de iniciativas privadas para
mejorar la calidad de la educación y acceso a la salud por iniciativas privadas,
que busca cubrir los huecos dejados por la corrupción existente en la mayoría de
los países que se apegan a políticas sucialistas con el fin de mantener al
negocio de los interesados que esto siga siendo así con el cuento de la
justicia social.
La verdad es que las experiencias con los voucher educativos y voucher
en salud, muestra que sólo dando la ayuda necesaria para apoyar a los más desposeídos,
es que se podría atacar a la corrupción y desvíos de fondos de raíz gracias a
que todos los sistemas de salud y educación estarían en manos más eficientes y no
sería una estafa a la Nación, como ha demostrado ser hasta ahora en poder de
los gobiernos de turno en toda la región.
Lic. José
Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
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Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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