Un mudo feliz
Un mudo feliz
Aldous Leonard Huxley
creó esta historia distopica en la década del 30 del siglo XX siendo publicada por
primera vez en 1932. Dando a conocer una visión futurista de la humanidad,
tomando en cuenta los avances científicos y psicológicos de su momento.
Huxley quien nació en 1894 en una familia acomodada y con una fuerte
formación intelectual, tuvo la oportunidad de moverse entre las clases sociales
más altas, tanto de su país, como de Estados Unidos y otros países con quienes
se relacionó.
A pesar de ciertas dificultades
en la vista por una enfermedad conocida como queratitis punctata, con el tiempo y al recobrar medianamente la
vista pudo estudiar literatura inglesa y luego trabajar de ello.
En su más famosa novela Brave New
World (Un mundo feliz) el autor
nos relata una distopica sociedad dividida en cinco castas, cada una con sus
roles bien definidos. Hay que tener en cuenta que para la época que Huxley
vivió el mundo europeo aún tenía bien marcadas las castas y eso había sido así
por muchos siglos, no por ende Karl Marx confundió, a exprofeso, casta por clase.
Huxley por cierto utilizo el apellido de este fanático intelectual resentido
con la sociedad para ponérselo a su personaje principal Bernard Marx (acomplejado por su físico) y como contra parte
femenina a Lenina Crowne, sin duda en
alusión al otro fanático resentido al progreso. Huxley crítica en el texto al
progreso cientificista que él avizora para la sociedad del futuro caricaturizándolo
de forma negativa.
Huxley en su prólogo, 20 años después de la primera publicación, diserta
entre los errores de su obra y los aciertos, pero como buen adulto termina admitiendo
que del agua derramada ya no se puede hacer nada. Así que no reniega su
creación.
Lo cierto es que en el relato, que sin duda vale la pena leer para
entender con una visión pesimista del futuro controlado por un gobierno global,
quienes suministran la droga de la felicidad (Soma), hace lo que mejor le parece con los humanos manteniéndolos entretenidos
infantilmente con un sistema lleno de distracciones y químicos que no le hacen
ver más allá de sus narices, y donde todos son felices, dejando a los “Alfa-más”,
la casta más alta, tener sus encontronazos para mantener el control. Eso es lo
que vemos entre las discusiones de Bernard Marx con el Director asistente del Centro
de Predestinación (Tomakin, como le llama Linda), y más adelante en la
conversación de Marx y Helmholtz Watzon con Mustafá Mond, uno de los diez “Interventor
Mundial” (los puestos más elevados en este mundo), ya que todos ellos pertenecen
a la misma casta dominante, y al final de cuenta es una pelea entre iguales.
Huxley sin duda muestra una visión pesimista a un mundo dominado, hoy
por élites (aunque algunas todavía se mueven por castas), que en el caso de la
novela evidentemente usan a la psicología, la droga y la ciencia en forma de receta
de cocina, para controlar las masas y sólo ser esta élite la que pueda mover
los hilos a su antojo, dejando creer a todo el resto de la humanidad que son
libres y felices por el Soma, (hoy en
día el Internet, la TV, las redes sociales y las drogas recreativas, entre
otras) para que no se inmiscuyan en temas más importantes y trascendentales.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
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Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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