Reflexiones: Un tiempo y lugar apropiado
Reflexiones: Un tiempo y lugar
apropiado
En estos días un amigo me envió un video de un experimento social que ya
se ha hecho cientos de veces. En este ejercicio se instala a un concertino con su instrumento: violín,
viola, violonchelo, flauta, corno, etc. en un punto sumamente transitado. El
músico ejecuta algunas piezas de suma complejidad y lo usual es que nadie le
haga caso. En algunas ocasiones recibe propinas de los transeúntes, en otros
alguien se detiene por un instante, pero jamás suelen ser identificados. Hasta
el mismo Paul McCartney lo hizo en una oportunidad y no fue reconocido.
Recuerdo un artículo de Vargas Llosa hace algunos años que comentaba de
este experimento en una estación de tren, y el ejecutante a los pocos días
después tocó el mismo repertorio en el Teatro
del Festival de Bayreuth que se dedica sólo a las obras de Richard Wagner, donde el costo de una
entrada y poder conseguirla era tan alto que le daría de comer a una familia en
un país podre por unos cuantos meses, y sin embargo, sólo un niño se detuvo a
escuchar un rato al concertino mientras
sus padres estaban ocupado conversando. La realidad es que muchas personas no
son capaces de apreciar un detalle como este básicamente por dos motivos, tiempo y lugar.
En algunas ocasiones me ha sucedido, tanto en Caracas como en otras
ciudades, que he escuchado a ejecutantes magistrales y por el sólo hecho de no
ser tan habitual ver esto en la calle me he acercado a oírlos, pero eso me pasa
porque de adolecente estuve en una orquesta sinfónica y mi gusto a la música
clásica es desde niño, más ciertamente sé que si me tropezara con algún pintor
que esté haciendo alguna obra poco llamativas para mí, los más seguro seguiría
de largo.
Hace algunos años leí un libro que me regaló un amigo que me daba clases
de ashtanga yoga, libro que le habían
regalado a él pero no le llamaba la atención, y en mi caso lo leí por
curiosidad ya que al autor lo había escuchado muchísimas veces pero jamás había
leído nada de este. El gran libro de las
revelaciones de Osho me hizo
tratar de entender una visión muy particular de ver la vida, y aunque de una
posición muy diferente a mi forma de ver la vida, coincidíamos en muchas cosas.
El libro en realidad es una compilación de charlas del autor y sus editores
sólo la organizaron para darle una secuencia coherente, de este texto más
adelante hablaré con detalles. Algunos de los comentarios que me parecen
acertado del libro, está la idea de tiempo
y lugar acertado para una actividad. El
autor nos dice que sin consciencia de
tiempo y espacio es imposible establecer armonía de lo que nos rodea y por ello
nos perdemos de tantas cosas que nos pasa alrededor. La conciencia siempre es y será individual, y es en las artes donde
más se nota, aunque la falta de ésta se refleja en todos nuestros aspectos de
la vida.
La consciencia es lo que ha permitido al humano evolucionar y ser el
único animal que logró el nicho de la comunicación clara, efectiva y directa (más
el control del fuego), para luego con el pasar de los siglos convertirse en el
animal que gracias a su desarrollo cognitivo llegó a la cúspide de la pirámide
de depredadores, cuando en un principio con suerte estábamos en la mitad de
esta.
Sólo el estado de consciencia es la que nos permite poder analizar,
pensar, crear e inventar cualquier cosa, sea concreta o abstracta y que el
resto de nuestros pares puedan entenderlas, por ello me llamó muchísimo la
atención la postura casi atea que Osho
tenía con el concepto de Dios, siendo un hombre admirado por personas que son
fieles creyentes a esta idea creada básicamente desde que se inventaron las
formas para comunicarnos oralmente con nuestros iguales.
Demás está decirles que les recomiendo el texto para vagamente entender
este tipo de sucesos cotidianos que se nos escapan todo el tiempo. Aunque es el
único libro que he leído de Osho,
pero sin duda ha sido una revelación grata de un místico a un no creyente, y
que me ha dejado un gran gusto conocer.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
Les invito a leer mi libro “7
Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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