Reflexiones: Puntualidad

 

Reflexiones: Puntualidad

 

Una de las características de muchos en el país, evidentemente no todos, y que he visto en algunos otros caribeños, es la poca puntualidad que existe a la hora de llegar a un lugar. Esto refleja en grado sumo la responsabilidad de la persona, por lo menos eso es lo que he aprendido en el transcurso de los años.

Ser puntual en grupos sociales que no lo suelen ser, cae mal a muchos, los más conscientes se apenan y tratan en la siguiente oportunidad de hacer lo propio. Pero nunca falta aquella persona que sin importar cuantas veces le digan que debe llegar temprano a una cita de trabajo, reunión o responsabilidad adquirida, igual no lo hace, y las pocas veces que llega temprano se queja de algún otro que no esté en el lugar al ella estar presente. Esto en el fondo refleja el grado de inmadurez de esa persona y todos aquellos que la secundan.

Es bien conocida la puntualidad británica, suiza y la japonesa, muchos de los impuntuales reincidentes siempre se refieren a estos como unos individuos fríos y aburridos, pero en el fondo sólo denotan rencor a sociedades que se han ocupado en su mayoría a ser lo más responsable posible al comprometerse en algo. En el caribe, de donde extraigo esta reflexión, por desgracia aún está esa mentalidad adolescente, poco responsable, que pretende que los demás están para ellos y no ellos para la sociedad.

La puntualidad no es más que una pequeña señal del grado de importancia que le da una persona a otras y su responsabilidad individual ante los demás. Por detalles como estos los colectivistas de ambos bandos justifican la importancia de tener a un Estado que se dedique a la educación y formación ciudadana bajo sus criterios y no dejar a los individuos ejercer su libertad individual, porque consideran que son poco conscientes de ella. La verdad es que la única forma que veo que estas malas prácticas desaparezcan es dejando que las personas responsables hagan lo propio y aquellas que no se adaptan simplemente quedaran presionadas a hacerlo porque de otra forma perderían su trabajo o cargo en la responsabilidad que se le ha confiado.

No es una tarea fácil, y como todo siempre dependerá del nivel de consciencia de cada cual ante los retos que afronta día a día y la madurez de entender que la impuntualidad (de llegar a tiempo, pagar una cuenta, cumplir un trabajo), es una falta de respeto con los  demás.

 Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

Comentarios

Entradas populares de este blog

Impuesto es robo

No oigo, no veo y no hablo

Reflexiones: Todo a pulmón