No oigo, no veo y no hablo
No oigo, no veo y no hablo
En sociedades sordas, que miran a otra parte y no dicen las cosas por su
nombre no tiene nada de raro esté plagada de hambre, miseria y corrupción
entre muchos otros males. La mediocridad de muchos ha hundido a la mayoría y la
desidia de otros tantos, al fracaso.
En muchos hogares he escuchado que tienen por lema no hablar de
política, sexo ni religión. En este micro climas se formó parte de una sociedad
acostumbrada a mirar para otra parte. En otras familias, disfuncionales por
naturaleza cultural, tampoco se suela hablar de estos temas, y cuando se tocan
(sobre todo el político) es tanto el desconocimiento por falta de información
que terminan llevados de la mano del primer cabeza caliente del grupo, sin duda
suele ser alguien quien no ha pasado de leer panfletos comunistas o slogan
populistas sin ningún fondo coherente.
Por todo ello no es nada extraño que toda la región hispanoparlante haya
sufrido las envestidas de los colectivistas de izquierda o derecha y dependiendo
el caso sólo tiene frases pre construidas para usar como alegato, pero sin
profundidad de conocimientos para tener una discusión más allá de lo anecdótico
o circunstancial del momento.
Por esto oigo, veo y opino de todo el desastre existente a mi alrededor,
y lo que percibo más allá. Seguir el ejemplo de muchos no nos sacará del
lodazal sucialista donde las élites políticas y los intelectualuchos, dopados
del opio izquierdista, llevaron a las aulas de las universidades y de allí a
las escuelas y liceos del país. Si queremos un cambio real debemos poner de
nuestra parte formándonos, y ayudar a formar con los que podemos interactuar y
tener así una sociedad más crítica tanto con los sucesos de la actualidad, como
todo lo que ha venido pasando en las últimas décadas, y por lo menos los dos
últimos siglos que han dejado cicatrices profundas en occidente, y
Latinoamérica no se ha escapado de ello.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
Les invito a leer mi libro “7
Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

Tienes mucha razón con respecto a los silencios familiares. En lugar de enojamo evitarnos males mayores nuestro sueld silencio se a tornado cómplice.
ResponderEliminarAsí lo veo yo, sin caer en maniqueísmos, Edmund Burke, un liberal conservador (hoy lo llamaríamos "paleolibertario"), tiene una frase que dice: "Lo único que necesita el mal para que triunfe es que los hombres buenos no hagan nada". Eso es lo que he visto ha pasado muchas veces acá, y NO es lo que yo pretendo hacer.
EliminarGracias por comentar.
Saludos.
Hay mucha ignorancia en las distintas generaciones de la sociedad, eso es un mal que se le atribuye a las clases políticas, creo en parte es así, el resto, es algo individual. Si no hay interés, individualismo, curiosidad personal por aprender y, no hay conciencia de saber que tú cómo individuo tienes un deber para con la sociedad donde debes aportar entonces no haz aprendido nada. Entonces no hay un crecimiento personal y mucho menos aportes a la construcción de un país.
ResponderEliminarGracias señor Marcano,por estos espacios.
Completamente de acuerdo contigo, ciertamente desde el gobierno se debería implementar estrategias, cosa que jamás han hecho del todo, para que los ciudadanos poco a poco se deslastre de la mentalidad de pobres, ya que la pobreza en su mayoría es mental, básicamente por la actitud de cada individuo, y esto nos lleva al segundo punto, que es la capacidad de ser auto crítico con uno mismo.
EliminarHoy, 20 de mayo, hace dos años abrí este espació con un texto intitulado, Igualdad de oportunidad, allí dejo claro esa mirada que tengo, y básicamente el objetivo de este blog, gracias a que con los años me percaté que esta forma de pensar es la base fundamental del Liberalismo Clásico, es decir, la lucha por la Libertad Individual por sobre todas las cosas.
Gracias por comentar.
Saludos.