Destrucción grancolombina
Destrucción grancolombina
Decía Solón: “Para socorrer a la polis lo único útil es estimular y
dignificar el trabajo del hombre libre” yo le agregaría, entiéndase libre de
toda estructura colectivista. Tanto llegó a ser el peso de las costumbres en la
Gracia antigua que por varias generaciones de estabilidad, las familias
acaudaladas dedicaron recursos para formar a sus esclavos en tareas tan
diversas e importantes como médicos, ingenieros, administradores y artesanos, para
así ellos sólo encargase de la política. Dos siglos de esta tradición hizo que
unos grandes filósofos, hoy reconocidos como tales, Aristóteles perteneciente a
esa casta no viera con mala cara la esclavitud, y Platón, que fue esclavo, hasta
la justificara. Contrariando las ideas de Hesíodo y Solón que iba en sintonía
con la real tradición ateniense en su creación. Cometario que Karl Popper expresa en La sociedad abierta y sus enemigos.
Mentalidades conservadoras como esas perduraron por siglos. Ya luego de
la independencia de casi todas las actuales naciones en América, era el
pensamiento que reinaba desde la Patagonia hasta lo que luego se conocieron
como los estados sureños de los Estados Unidos, dando como resultado en el
siglo XIX, la guerra más sangrienta que se libró en ese territorio.
En el caso venezolano, esta manera de pensar conservadora, que los
esclavos no eran ciudadanos sino herramientas humanas al servicio del
tenedor, hizo perder las dos primeras repúblicas dando suficiente infantería en
las tropas de Boves que peleaba contra el desprecio que los republicanos tenían
a los negros, pardos, mulatos, zambos e indios. Aunque muchos historiadores
traten de mostrarlo de otra forma.
La verdad es que esta mentalidad de castas, que no cesó con la
independencia de España, fue lo que impidió que proyectos como el grancolombino
no llegaran a ser reales porque sus arquitectos esperaban hacer una estructura
hereditaria más, y no una democracia bajo un ordenamiento independiente de
forma federal, hecho que posiblemente hubiese sido más viable si los grandes
próceres de la independencia hubiesen seguido el ejemplo de Washington, de
retirarse de la política luego de ser el líder de la independencia
estadounidense, que a su vez seguía el ejemplo de Lucius Quinctius Cincinnatus. En Venezuela sólo vivimos algo
parecido por unos meses, gracias al General Páez al ceder el puesto a un civil de
forma pacífica como gesto de visón al futuro, cosa que muchos otros militares
no quisieron fuese así, dando a peleas intestinas el resto del siglo XIX y los primeros años del siglo XX.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
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Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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