Reflexiones: Desplome social

 

Reflexiones: Desplome social

 

En la sociedad occidental moderna, lo habitual es que desde pequeños nos enseñen a tener ambición para progresar, ciertamente esto no es igual en todos los estratos sociales debido a que cada uno prioriza de forma consciente o inconsciente las líneas a seguir dejándose llevar por sus principios, valores y hasta sus prejuicios.

En el caso de Venezuela, el progresar va muy vinculado a la superación social y esto tiene mucho que ver con ascender en esta escala. En el país las clases sociales se estratifican en A, B, C, D, E y F. Explicar cada una de ella me llevaría varías páginas tratando de exponer del porqué de cada una. Pero haciendo un vuelo rasante les digo que A y B son las clases sociales con más poder económico y tan sólo llegaban al 2% de la población, su diferencia sólo radica en que los de la A conservan los apellidos mantuanos de más de 200 años y B son los más recientes millonarios (muchos de ellos con más poder económicos que los primeros), estas dos clases sociales igualaban en porcentaje a la F que es la gente en situación de calle, así era hasta hace un poco más de 15 años cuando estudiaba sobre el tema, hoy día debe haber aumentado dramáticamente esta última.

La clase C está dividida en dos partes: C1, son los dueños de las PYME (Pequeña y Mediana Empresas) con no más de 500 empleados, estos tienen un tipo de vida muy estable y con ciertos lujos más no ostentan fortunas, la C2 son los empleados de alto nivel de todo tipo de empresas y tienen ingresos importantes por su posición, entran aquí los altos cargos del gobierno que de la noche a la mañana saltan de clase social. Por supuesto su posición puede ser mejor o peor dependiendo de su desempeño. El porcentaje de la clase C en total, para aquel entonces estaba alrededor de 18%

La clase D se divide en 4, allí si se hace más complejo de explicar pero lo que le puedo resumir es que entre la clase D y E se encontraba el 78% que era, y sigue siendo, la mayoría de la población. En estas clases que están divididas por: zona habitacional, tipo de trabajo, ingreso, capacidad de ahorro, nivel educativo y otra cantidad de ítems. Son sin duda las que más han sufrido los embates del socialismo del siglo XXI haciendo que se desplomen los de la D hacia la E y los de la E a la F, sin contar los de la C2 que cayeron a la D.

Una forma gráfica de dividir la clase D y E en las ciudades es la zona de vivienda, los que viven en los barrios populares son de mayoría E (que se dividen en dos tipos) y quienes habitan en zonas urbanas pero sin ningún tipo de posibilidad de ahorro y mucho menos de mejorar su situación económica es de clase D. pero esto en sí no es la diferencia fundamental, ya que se ha demostrado que hay personas que viven en barriadas populares teniendo mejor formación académica y algunos hasta mejor ingreso que muchos quienes habitan en zonas urbanas con servicios deficientes, que es lo habitual. Por ello la forma de clasificarlo es tan compleja y cuesta arriba.

Lo normal en la politiquería venezolana ha sido hacer creer, a las personas de clase D, que son parte de la clase media para así empoderarlos, pero la verdad es que dista mucho de ser una clase media fuerte por la cantidad de falencias de todo tipo que han arrastrado por décadas.

Lo cierto de todo esto es que nuestro país ha sufrido un grave retroceso social, cultural y económico que costará años recuperar y lo único que veo por los momentos para hacer, es mantenerse en pie de lucha formándose de la mejor manera posible, y a las nuevas generaciones, pasa así en un mediano plazo llegar al menos a los niveles de vida que teníamos en la última década del siglo XX, que no era la maravilla pero por lo menos había más posibilidades de mejorar a lo que ha destrozado el socialismo radical que profundizaron los “intelectuales” resentidos y los politiqueros ignorantes.

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano

 

Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

Comentarios

Entradas populares de este blog

Impuesto es robo

No oigo, no veo y no hablo

Reflexiones: Todo a pulmón