Reflexiones: Cuando la música es buena
Reflexiones: Cuando la música
es buena
En la historia de la música cuando una pieza es excelente esta traspasa
fronteras, ejemplo de esto sobran. Sólo en el caso venezolano tenemos obras
como Caballo viejo de Simón Días, Ansiedad de José Enrique Sarabia,
Moliendo café de Hugo Blanco o Anhelante
de José Sifontes, por sólo nombrar
algunos clásicos.
Así sucede con miles de canciones en todo el mundo y versiones de temas
en voces privilegiadas; New york New York
con Frank Sinatra, Crazy con Patsy Cline, Ne me quitte pas
con Édith Piaf o What a Wonderful World con Louis
Amstrong (para mi esta última es un himno al progreso de la humanidad), y
de piezas instrumentales ni hablar, tanto así que existen cantidades de tonadas
que han quedado en la historia las cuales sus autores han sido desconocidos,
pero las melodías han perdurado.
Una pieza que me ha gustado siempre y que apenas tiene mi edad es Einsamer Hirte conocida en inglés como
The Lonely Shepherd que la tradujeron al castellano como El pastor solitario, seguramente el lector al guglearla se percatará de la obra que le hablo, y si tiene algo más
de 30 años, seguramente la habrá escuchado en alguna oportunidad. Lo cierto es que
este trabajo del alemán James Last
(su verdadero nombre era Hans Last) ha
pasado a la historia como una pieza muy emotiva y en todas partes del planeta
he conocido gente que no sólo la ha escuchado, sino que está en su memoria como
un recuerdo agradable.
Hacer obras de arte siempre va a depender del trabajo exhaustivo y
laborioso en los detalles, pero sin duda alguna, hay personas que esos detalles
son tan naturales y fáciles de perfeccionar que logran hacer obras poderosas que
quedan plasmadas en el recuerdo de quienes tienen oportunidad de conocerlas. Un
gran logro de la humanidad, que en el caso de la música, hasta en algunas otras
especies se ha demostrado como hacen cambiar su estado de ánimo con sólo
ponerles estas maravillas.
Lic. José Francisco Marcano S.
Ig: @jfranciscomarcano
Tw: @jfmarcano
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Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco

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