Reflexiones: El opio del pueblo


Reflexiones: El opio del pueblo

Una frase, aunque no original, de uno de los personajes más nefastos de la historia: “Die Religion... Sie ist das Opium des Volkes” (la religión… Es el opio del pueblo) haciendo alusión a como el clero históricamente ha mantenido a las personas bajo una serie de premisas para así hacer que las clases más poderosas, donde se ubican ellos, conservaran sus privilegios. Usando esta y muchas otras ideas, Karl Marx se aprovechó de confundir el concepto de clase y casta para luego vomitar su resentimiento social.
Al pasar más de siglo y medio ya la iglesia no tiene ese poder pero ese opio se ha trasladado a otros sectores; la televisión, los videos juegos y las redes sociales son hoy ese aliciente que utilizan las masas y en las que las mayorías se sumergen, en muchos casos para olvidar sus penurias. Sin duda la tecnología le ha dado muchísimas oportunidades en la actualidad a las personas para aprender, pero estas herramientas usadas de forma mediocre sólo ha hecho que muchos se conviertan en autómatas sin rumbo fijo.
Pero así como lo fue el opio en el siglo XIX que mantenía lelo a sociedades enteras, hoy la variedad de drogar “recreativas” son muchísimo mayores dando lugar a que existan muchos promotores de ellas donde nunca falta los que dicen, hay una a tu medida. Ciertamente el consumo de alucinógenos en la humanidad, y otras especies, data de miles de años, hay quienes creen que gracias a ello pudimos evolucionar, tratando de justificar esa adicción.
Lo que si evoluciono fueron los cuentos fantasiosos de creaciones de seres superiores que lo pueden todo, o de voces iluminadas que mandan mensajes a personas en particular, que terminan diciendo que luchan por la voz de una deidad que lo empoderó. El chamanismo es el mejor ejemplo.
La verdad ha sido que algunas de ellas han ayudado como medicamento para solventar ciertos percances, pero por otra parte, ha sido la capacidad de razonamiento consiente la que ha llevado a médicos e investigadores a que cada vez sean capaces de identificar cuáles son y cuáles no son los componentes químicos que nos favorecen en ciertas y determinadas situaciones donde podemos estar afectados por un malestar.
Droga es casi todo, pero el hecho que se legalice como proponen muchos libertarios nos abre una puerta donde la responsabilidad recae directamente en el individuo, algo nada mal visto desde el punto de vista Liberal, pero teniendo sociedades que se idiotizan con redes sociales, video juegos y TV más la desinformación que es el verdadero opio de las masas, ni me quiero imaginar cómo sería con la apertura de esta puerta.
La solución sin duda es la educación. Desde niño siempre he oído ese consejo que las mayorías les fastidian. Pero a los que les han hecho caso a dicha recomendación, al final me he percatado que no fuman en su mayoría, consumen muy poco licor (básicamente en reuniones sociales) y no consumen ninguna droga recreativa.
Cuando niño, bastante pequeño recuerdo una campaña que en mi caso me parecía hasta divertida en ese entonces: “Dile que NO” haciendo alusión a si te ofrecían alguna droga. Muchos años después me enteré que era impulsada por los Republicanos encabezados por Ronald Reagan, y que en la Venezuela “gringa” la repetían, el país tenía a un conservador como Luis Herrera Campins en el gobierno, para muchos era una ridiculez, para niños tan chiquitos como yo en ese momento, me llegó el mensaje y doy gracias a que siempre hubo campañas informativas con esa tónica. Por lo menos puedo decir que tuve la oportunidad de crear conciencia, que las drogas así sean recreativas, al final se paga la cuenta.
Respeto las posturas de personas como Antonio Escohotado cuando dice: “De mi piel hacia dentro, la jurisdicción es mía” pero no todos tienen esa capacidad de conciencia de al estar dopados de ser creativos, y lo que sí se ha demostrado es un descontrol social cuando se ha masificado, la China de finales del siglo XIX es sólo un ejemplo.
La legalización de las drogas no está en el tapete de las discusiones del día en el país, al igual que el aborto o la eutanasia, pero en cada uno de esos puntos tengo mi particular opinión y sólo he querido dejar mi postura ante esta. Si se quiere legalizar, háganlo, pero no veo un buen futuro a corto ni mediano plazo en las sociedades latinoamericanas actuales, Uruguay ya empezó, el tiempo nos dirá en esa pequeña nación, cómo le va.
Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano


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