Reflexiones: El camino

Reflexiones: El camino



Quienes me conocen saben que no profeso ninguna religión, pero igual respeto las ideas de cada quien, pero en una oportunidad hace ya unos años vi una película intitulada, El camino del director Emilio Estévez, esta me llamo la atención por el poster porque trae a unas personas muy variopinta vestidas de trotamundos. Toda la vida, desde muy joven me ha gustado pasear por donde he podido, eso me ha hecho conocer 21 de los 23 Estados de Venezuela, pero de igual forma algunos lugares fuera del país. Lo cierto es que la publicidad me atrapó.
Cuando tuve la oportunidad de ver la película, salí con un deseo fuerte de hacer el Camino de Santiago, sin duda alguna uno de los objetivos del filme es hacerle un homenaje a ese peregrinaje, que en principio es un acto de fe, en mi caso logró entusiasmarme (aunque no por un acto de fe) y de igual forma querer seguir conociendo el mundo. En el caso del celuloide en específico, a aprender que se puede desprender de los pesares del alma en el fin de una ruta.
No es conveniente contar el final de ella, pero a las personas les invito a que la vean, y así sean como yo que con las creencias religiosas no tengo ningún vínculo, el mensaje de aprender a soltar el pesar del alma en el final de la ruta es una parábola que me gustó, sobre todo porque no la relaciona con ningún credo en específico.
Para este tipo de caminos no hace falta ir hasta España para hacerlo, en cualquier peregrinación personal que uno emprenda es suficiente, lo importante es saber a qué lugar se debe llegar a la hora de soltar o cerrar círculos en la historia personal.
En mi caso, a mí me encanta los andes venezolanos y allí hay cientos de lugares donde ir para aprender a estar consigo mismo y encontrarse así mismo. Así que les animo a ver la película que les garantizo les gustará, pero de igual forma les recomiendo, de tener algo que soltar que le genera algún peso, en lo que Nietzsche llamo la etapa “cómo el espíritu se convierte en camellos”, esta práctica ayuda mucho a quitarse ese peso. Una recomendación es llevar algo físico, una piedra pesada por ejemplo, y al terminar el camino lanzarla donde creas es el final.

Lic. José Francisco Marcano S.

Ig: @jfranciscomarcano

Tw: @jfmarcano



Les invito a leer mi libro “7 Textos caraqueños” con introducción escrita por el Dr. Ítalo Tedesco.

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